Por: Germán Thalman.
Cuando en el inicio de su discurso para dejar abierto un nuevo período de sesiones ordinarias en el Concejo Municipal el Intendente Toselli improvisó unas palabras destacando la trayectoria de la concejala Cecilia Ghione, en el recinto se sospechó la despedida. Pero la sorpresa fue mayor cuando, un par de horas después, se confirmó que la edil había comunicado su renuncia y que su alejamiento sería inminente: la semana próxima dejará su cargo luego de 11 años en la banca del socialismo.
Desde hace tiempo se viene especulando con que la concejala abandonaría la función pública una vez completado su cuarto mandato, en diciembre próximo. Incluso, ante consultas de la prensa, Ghione prácticamente descartó sus intenciones de ir por otra reelección y no ocultó cierto agotamiento por la tarea legislativa. Pero su abrupto alejamiento conocido en el día de hoy, coincidentemente con el inicio de un nuevo ciclo de sesiones ordinarias, sacudió la escena política local.
La cronología de los hechos da cuenta de que fue una sorpresa para todos: en la mañana de hoy, poco antes del acto en el Concejo, Ghione comunicó la decisión tomada al resto del cuerpo legislativo. El propio Lamberti, presidente del Concejo, se la trasmitió a Toselli vía mensaje de texto minutos antes del discurso. Ni Carolina Scarafía, quien continúa en la lista de sucesión a Ghione, estaba anoticiada.
Oficialmente se sabe que Cecilia Ghione se radicará en la ciudad de Buenos Aires para sumarse a un emprendimiento familiar vinculado al negocio de los seguros. Por estas cuestiones, deberá asumir su nuevo trabajo de manera inmediata, precipitando su intención de postergarlo hasta fin de año.
Sin embargo, es poco probable pensar que este repentino cambio hubiese ocurrido si la concejala se sintiese cómoda con el trabajo legislativo. Son cada vez más frecuentes las situaciones que demuestran la poca armonía que existe en el bloque del Frente Progresista, donde la brecha entre socialistas y “ateneistas” es cada vez más evidente. Con su alejamiento, el Socialismo pierde una figura de renombre, que supo ganarse un espacio destacado cuando se desempeñó con firmeza desde la banca opositora, pero que se fue diluyendo fagocitada por un oficialismo del que nunca se sintió parte.
