El cambalache de la campaña local

Opinión: Por Germán Thalman

Pulso Político26/08/2023German ThalmanGerman Thalman
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La campaña electoral vernácula se va diluyendo en un enrarecido clima salpicado por hechos confusos e imágenes contradictorias que no hacen más que ratificar el pensamiento popular que denosta las prácticas políticas por considerar que “todos son iguales”.

Si bien la situación detonante se vivenció el pasado viernes con la llegada del candidato -y muy posible futuro gobernador- Maximiliano Pullaro, no fue éste el único hecho en que candidatos, frentes y partidos se mezclaron en un verdadero cambalache. Más de un buen vecino, un poco desatento a los vericuetos del tiempo electoral, tuvo que esforzarse por tratar de entender cómo es que coinciden figuras que, en teoría, pertenecen a partidos opuestos y hasta compiten por un mismo cargo en las próximas elecciones.

El viernes fue Pullaro (días atrás lo había hecho Clara García y José Corral, primeros candidatos a diputados por el mismo Frente), quien caminó las calles de Sunchales, en modo proselitista, acompañado por los referentes socialistas Pinotti y Ochat.  Esto no sería raro si no fuese que el Frente que lidera Pullaro tiene para nuestra ciudad otros candidatos que compiten con los antes mencionados. El probable nuevo gobernador tuvo que duplicarse para hacer campaña “un poco para cada uno”, con spots casi idénticos en los que solo cambiaba al referente local.  

Como es sabido, el espacio de Pinotti había tomado la decisión de competir por afuera del Frente Unidos, mostrando una identidad propia con fuerte sentido distrital. Pero en vistas de lo actuado, esto no fue más que una estrategia para evitar la interna y correrse de la confrontación con el Ateneo y Juntos por el Cambio. La maniobra fue bien pensada y ahora, con el resultado de las PASO, puede capitalizar los vínculos personales tanto con Pullaro como con los socialistas para instalarse como “el candidato” para Sunchales.

La desprolijidad debería ser atenuada por las figuras provinciales, pero nadie parece poner demasiado esmero en hacerlo. Por el contrario: Hay una intención de aportar para dar más amplitud al Frente y reconocer, por lo bajo, que buena parte de los votos que Pullaro obtuvo en nuestra ciudad vinieron de la mano del socialismo, ya que los otros espacios “jugaron” por la senadora Losada. La dinámica de la política en su máxima expresión.

Otro hecho asombroso y de difícil explicación fue el particular cambio en la campaña de Ariel Balderrama, formalmente candidato a concejal por el Frente Amplio por la Soberanía, tras aquel episodio en el que el PDP no les permitió usar el sello partidario para jugar por afuera del Frente Unidos.

Ahora, Balderrama también posa en los carteles con Pullaro y Gabriel Real, quien integra la lista de García, adversaria de la que encabeza Carlos del Frade, referente del Frente Amplio por la Soberanía, aquel que le “prestó” el sello a Balderrama. La rigurosidad que las autoridades partidarias mostraron hace unos meses parece esfumarse ahora que viene la elección definitiva. Si el lector no entiende, no se sienta culpable.

Un tercer episodio irrisorio, aunque ciertamente más fácil de explicar a partir del pragmatismo que impone la ley electoral, tiene que ver con las imágenes de campaña de los candidatos a concejales del Frente Unidos. Laura Balduino y Luciano Barbero finalmente aparecen combinados en la fórmula, aunque no hayan podido establecer un piso de cohesión para la campaña. Si la exconcejala hace una buena elección, podría ayudar, aun sin querer, para que el nuevo hombre del Ateneo llegue al Concejo.

Para terminar, al borde de la sorna están las fotos compartidas por la “operadora local” de Pullaro, Marilina Grande, posando con Andrea Ochat, Pablo Pinotti, Jorge Arruk y hasta Carolina Giusti. No está de más recordar que, hace unos pocos meses, las dos ediles opositoras (Ochat y Giusti) prácticamente la hicieron eyectar de su cargo como Coordinadora del Instituto Municipal de la Vivienda, so pena de judicializar su supuesta designación irregular. Hoy todos juntos en el mismo lodo.

El cambalache de la política da una demostración triste que convalida la distancia que separa a la dirigencia de la ciudadanía. Un concepto que materializa la sensación de que los actores de la política sólo se preocupan por su supervivencia. Un escenario propicio que explica sintéticamente el surgimiento de líderes radicalizados que prometen romper con estas prácticas bochornosas.

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