A 30 años de la Reforma Constitucional, la evocación de una protagonista

Nora Marcolini fue Convencional Constituyente en 1994, representando a la provincia de Chubut.

Pulso Político29/08/2024German ThalmanGerman Thalman
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El 24 de agosto de 1994, Nora Marcolini y otros trescientos convencionales juraron la nueva Constitución, reformada después de tres meses de intensa labor. Marcolini fue una de los siete representantes de la provincia de Chubut, entre los que se encontraba el propio gobernador, Carlos Maestro y otras figuras de la política provincial y extrapartidarios.

Radicada hoy en Sunchales, Marcolini rememora ese trascendental momento, una marca indeleble para su vida como dirigente, al punto que, después de su participación, pensó en alejarse de los cargos políticos.

“La participación de Chubut fue muy intensa. Trabajamos en forma conjunta con los constituyentes de otros partidos y también con los de otras provincias patagónicas para que se logre el reconocimiento de la propiedad de los recursos naturales para los estados provinciales”, recuerda.

Además, Marcolini tuvo un rol destacado integrando la Comisión de Participación Democrática y debatiendo sobre orden constitucional, ética pública y régimen de partidos políticos. A pedido del titular de su bloque, el expresidente Raúl Alfonsín, Marcolini hizo la defensa de una iniciativa referida a la participación de las mujeres en la vida política, uno de los antecedentes de las posteriores leyes que reglamentaron el cupo femenino. Su propuesta quedó plasmada en los artículos 37 y 38 de la nueva Carta Magna donde se promueve la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios.

“La mayor parte de las modificaciones que se lograron establecer se deben al pensamiento progresista de Alfonsín, que venía de estudiar muchas experiencias del extranjero para adaptarlas a nuestro país”, enfatiza Marcolini. Entre otros puntos relevantes, la nueva Constitución generó modificaciones en la composición del Senado, dando representación a las minorías, y amplió la base de derechos y garantías ciudadanas, incorporando los Pactos y Tratados Internacionales y abordando cuestiones vinculados a la defensa del consumidor, los amparos, el habeas data y el régimen electoral.

Respecto de la reelección presidencial, uno de los puntos más polémicos que abordó la Convención, Marcolini recuerda la posición pragmática del expresidente Alfonsín que contribuyó para zanjar diferencias: “El rol de Alfonsín fue fundamental, porque sin su insistencia no se hubiesen podido lograr otros acuerdos. Él convenció a todo el bloque sobre la importancia de avanzar en las reformas, más allá de que esa negociación implicaba darle a Menem las herramientas para una reelección”, explicó. Según recordó, para el expresidente “eso era un detalle en comparación con todo el articulado que se logró reformar”.  

En el mismo sentido, la convencional reconoció que algunas cuestiones no se implementaron como estaban pensadas, tal el caso de la figura del Primer Ministro o Jefe de Gabinete: “Alfonsín pensaba en una figura con un rol importante, como ocurre en Europa, que funcione como un fusible para proteger al presidente. Pero en los hechos no ocurrió así”.

“Fue maravilloso verlo trabajar a Alfonsín. Yo era una militante de la UCR desde los 17 años, con las nuevas corrientes, así que militaba con él desde antes. Pero compartir la Convención fue extraordinario: Su dedicación para el trabajo, el liderazgo en cada reunión del bloque y su presencia, que fue constante en cada reunión”, evoca Nora.

Visto en retrospectiva, la Convención Constituyente fue un verdadero hito de convivencia política. Probablemente uno de los momentos más significativos de la reciente democracia recuperada.

“Eduardo Menem, líder de la Convención, fue una persona sumamente respetuosa. Y en la Comisión de Participación Democrática, el presidente era Antonio Cafiero. Fue un lujo haber trabajado con él. Eran dirigentes que daban la posibilidad de llegar a acuerdos, a pesar de los disensos”, recuerda Marcolini con relación a los dirigentes de otros espacios políticos.  Y simboliza el respeto democrático al señalar que, en el acto oficial, el propio Alfonsín se ubicó al lado del presidente del Modin, Aldo Rico, quien años antes le había promovido un levantamiento militar. “Era un ámbito democrático que requería el mayor de los respetos”, concluye.  

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