Argentina en los Juegos Olímpicos: Un baño de realidad

Los profesores Rodrigo Juárez y Hernán Bergesio analizan el desempeño de Argentina en los Juegos de París

Panorama Institucional04/08/2024German ThalmanGerman Thalman
Paris2024

La performance del equipo olímpico argentino en los Juegos de París 2024 pone de manifiesto la distancia que nos separa de las potencias mundiales y la falta de una política de Estado tendiente a desarrollar deportistas de alto rendimiento. 

En una de sus crónicas periodísticas, el especializado Gonzalo Bonadeo ya había anticipado su escepticismo sobre lo que podría suceder en estos Juegos Olímpicos, aunque recalcó que no debería ser una sorpresa ya que es una constante desde los últimos cincuenta años.

El profesor Rodrigo Juárez coincidió con esa mirada manifestando que “en Argentina no hay presupuesto ni política de Estado que trascienda los gobiernos y que promueva el apoyo al deporte”. Y recalcó: “Yo creo que estamos peores. Acá el deporte funciona por el talento innato del deportista y por la pasión y el esfuerzo que le ponen los entrenadores”.

En el mismo sentido, su colega Hernán Bergesio analizó que “cuanto más avanza la tecnología, más se nota la diferencia entre nuestro país y el resto del mundo”. Y se refirió al empeño que se debe poner para formar un deportista de elite: “Pensar en llegar a competir en un deporte de alto rendimiento es muy costoso. Ahí aparecen los padres, que si pueden acompañan con la inversión que requiere, porque cada vez hay cosas más sofisticadas. Estando en Argentina es muy complicado. Lo mejor que puede ocurrir es que los deportistas que tengan talento y potencial sean convocados para jugar en el exterior y allí terminar de desarrollarse”.

Bergesio es uno de los entrenadores de la destacada nadadora sunchalense Ana Aicardi, recientemente convocada para formar parte del seleccionado argentino en la Copa “Pacífico Bolivia” a desarrollarse en Santa Cruz de Bolivia. Pero esta participación dependerá de la capacidad de “autofinanciarse”, ya que la confederación no cuenta con fondos oficiales para costear toda la logística. “Está claro que en Argentina hay mucho talento natural, tanto de entrenadores como de deportistas. Pero falta todo lo demás, sobre todo el apoyo económico para poder contar con el mejor gimnasio, la mejor alimentación. No todos pueden y cuando tienen que tomar decisiones sobre su futuro, muchos terminan desistiendo”, señaló.

Por su parte, Juarez también se refirió a la posibilidad de que los actores privados acompañen los procesos de scouting y formación y no solo apoyen a las disciplinas que ya hayan logrado éxitos reconocidos. “La inversión se da en los deportes que primero han ganado algo. Eso se ve claramente en algunos juegos de equipo, como Las Leonas, el fútbol y otros casos. Es importante convencer al espónsor para que acompañe en la etapa que no se ve, en la captación y desarrollo del talento, y que también les sea redituable”.

Al respecto, Bergesio señaló el déficit que existe en esa etapa inicial: “Al no haber un trabajo organizado, desde la base de la pirámide, nos estamos perdiendo muchos buenos deportistas que, por su biotipo y genética, tal vez podrían destacarse en otra disciplina diferente de la que están practicando.” Y también expresó que “detrás de cada deportista de alto rendimiento hay un equipo de mucha gente trabajando, en distintas especialidades; pero acá a los profes, nos toca hacer un poco de todo, con los recursos que tenemos”.

Evaluar más allá de los resultados

Ambos profesores coincidieron en que la evaluación del desempeño en un certamen de tan alta competitividad como es un Juego Olímpico debe hacerse más allá del número de medallas conseguidas. 

“La meta no siempre es salir campeón, sino llegar a lo máximo que puede dar cada uno. Estar en una Olimpíada es un privilegio que solo tiene una pequeñísima porción de la población, así que eso ya es un logro”, expresaron. Y recalcaron que “hay que evaluar todo el proceso, las mejoras en las marcas, la cantidad de deportistas y no solo los títulos que se consigan”.

“Es cierto que cuando un argentino logra una medalla es prácticamente un milagro, porque su camino ha sido muy sinuoso y complicado”, expresó Juarez. Según señalaron, en la comparación, Argentina debería medirse con el resto de los países de Latinoamérica, con excepción de Brasil que aporte muchos más deportistas. 

“Se necesita pensar en un ciclo largo, de 8 o 12 años, con una base de la pirámide para acompañar al deportista. Y organizar esa política de Estado con todas las partes en sintonía”, expresó Bergesio.  

“Hoy duele un poco ver la realidad del deporte argentino. El fútbol en muy popular y concentra todas las inversiones. El resto de los deportes quedan muy desprotegidos. Ojalá podamos tener una mirada más general”, concluyó Juárez. 

 

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